Estoy escribiendo una novelette de piratas que se llama El cuerpo de Demian. Es un relato con estructura de diario, narrado por un joven mudo a bordo de un barco pirata en 1687. La historia transcurre durante unas semanas en alta mar, mientras el barco (el Trinity) entra en una especie de decadencia física y mental, arrastrando con él a la tripulación. Todo está contado desde la mirada del protagonista, que observa, anota, sobrevive. Hay violencia, deseo y abandono.
Siempre quise escribir una historia de piratas. Es un tema que me obsesiona desde hace años, pero que muchas veces siento que no se toma en serio. Hay algo en la figura del pirata que ha sido transformado en chiste, en caricatura. Muchas representaciones se quedan en lo superficial. A mí me interesa lo contrario: mostrar la podredumbre, la violencia, el aislamiento de esa vida. Quiero que el barco sea una estructura que se cae, un espacio cerrado donde lo físico y lo mental se deteriora al mismo tiempo. Por eso El cuerpo de Demian no es una aventura, sino una especie de descenso.
Antes de publicar Hijos de Ausleria, que es mi proyecto principal, quiero mover otras cosas: cuentos, antologías, novelas más cortas. Debo construir desde ahí, con historias más concentradas, donde pueda ir probando. Además, el proceso de escribir algo más breve es distinto. Y si hay algo que me obsesiona cuando escribo, es que el texto esté limpio, sólido.
Así que eso. Estoy escribiendo El cuerpo de Demian. Va a ser oscuro, lento y un poco cruel. Lo suficiente para abrir camino.
Aquí dejo la foto de la portada que diseñé. Tentativo: