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La consumación del hombre auslerio

Una sociedad que ha rechazado a Dios está condenada a su perdición. El espíritu humano, por naturaleza, busca un ídolo al cual entregar su alma, un ser superior capaz de soportar el peso de sus tormentos. Ausleria en su soberbia ha reemplazado a Dios por el hombre.

​El hombre virtuoso auslerio es un mortal imperfecto que, incapaz de sanar el alma humana, se quiebra al cargar el dolor de sus propios adoradores. La devoción al virtuoso no trae más que su ruina: acaba roto por las manos que lo tocan y por los ojos que lo desean, siendo devorado por pasiones insaciables de odio y amor.

​La consumación del hombre auslerio es la tragedia de ser destruido por aquellos que lo idolatran. El humano, por más virtuoso que sea, no puede ser Dios. 


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